Ayer se celebró un Pleno Extraordinario que finalizó con la negativa del PP y del PSOE a considerar como urgencia la consignación de préstamos para la realización de obras en Valencina, entre ellas la de instalar césped artificial en el campo de fútbol. Pero lo más llamativo fue la asistencia al Pleno de un grupo de chavales, todos menores de edad, alentados y aleccionados por militantes del PSIV, el partido del Sr. Balseiro, el Alcalde de Valencina, con el fin de intimidar, con su presencia, a los concejales de la oposición. Cuando finalizó el Pleno, los chavales abandonaron el Ayuntamiento profiriendo gritos a favor de la instalación del césped artificial y comentarios alusivos a que habían sido engañados y se concentraron frente al Ayuntamiento a esperar la salida de los concejales del PP y del PSOE. Incitados por militantes del PSIV comenzaron a gritar, a insultar y a hostigar a los concejales opositores cuando salían del Consistorio.
La Asamblea Local de Izquierda Unida de Valencina a la vez que se solidariza con los concejales del PP y del PSOE, se lamenta y denuncia del giro visceral que el PSIV está interesado en dar a la política municipal de Valencina. A su incapacidad política para gestionar democráticamente el Ayuntamiento se suma su manifiesta incompetencia para buscar el acuerdo y el consenso cuando numéricamente no tiene mayoría para llevar hacia adelante sus proyectos, y por ello lo que les queda es buscar y animar el enfrentamiento de vecinos contra el PP y el PSOE para mediatizar su labor de oposición.
Entendemos y defendemos la dignidad y la licitud de todas las posiciones y actuaciones políticas, pero hay límites que no se pueden sobrepasar bajo ninguna razón, y en esto el Alcalde debe ser el primero en dar ejemplo. Ayer Balseiro y militantes de su partido sobrepasaron en demasía esos límites, actuaron alevosamente y sin escrúpulos al utilizar políticamente a unos chavales, menores de edad, que fueron llevados allí engañados con medias verdades para apoyar una causa que se encuentra estancada gracias a la impericia política de Balseiro y de los tránsfugas que le apoyan. ¿Por qué no fueron capaces de convocar, aleccionar y convencer a los futbolistas, los mayores, que juegan en el primer equipo de Valencina? ¿Fueron informados los padres de los menores de edad de que sus hijos fueron convocados para protestar en el Ayuntamiento?.
El nerviosismo del PSIV y sus militantes aumenta gradualmente se acerca las fechas de las elecciones municipales porque ven como todo el caudal político recibido lo han dilapidado en un año escaso de gestión y no ven remedio para frenar esa sangría. Van a presentarse sin gestión alguna, pues tan solo se han limitado en estos años de gobierno a ser el azote de la oposición, sin tener en cuenta que las necesidades del pueblo están por encima de sus bofias y filias políticas y personales.
Estos lodos nos lo hubiéramos ahorrado si, en su momento, tanto el PP como el PSOE, hubiera tenido altura de miras, hubieran reconocido sus errores del pasado y se hubieran puesto de acuerdo para expulsar del gobierno municipal a estos ineptos, incompetentes y, por lo visto ayer, manipuladores de menores. Balseiro y sus transfugas se llenaron ayer de gloria política. Pedirles la dimisión es tan obvio como inútil, porque han demostrado vergozosamente que sus egos están por encima de sus responsabilidades políticas.
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ABUSO DE LOS NIÑOS
Cuando yo era un niño y jugaba en el equipo de fútbol de mi pueblo siempre soñaba llegar a ser algún día como Zubizarreta, mi portero preferido. Por aquel entonces las instalaciones deportivas de Valencina, donde nací, donde vivo, eran como todas las que había. Algunas veces había agua caliente, pero siempre se acababa antes de que me tocara meterme en la ducha. Nunca me importó ducharme el último. Durante la semana entrenábamos, y los sábados tocaba jugar. Yo, por aquellos tiempos, a pesar de mi edad era muy observador y ya empezaba a ser consciente de que podíamos jugar al fútbol gracias a unos pocos ‘chalaos’ que no se todavía como llevaban adelante cuatro equipos de fútbol a la vez. Cuando fui haciéndome mayor me di cuenta de que no me parecía a ‘Zubi’. El fútbol sólo pasó a ser una pasión más, como una novia. Los años y las lesiones me apartaron de la práctica de mi devoción, pero nunca pudieron hacer desaparecer de mis sueños ser un gran portero.
Como en todas las asociaciones, el J.D. Valencina ha pasado muchos baches. El trabajo y la dedicación que necesita un club de fútbol modesto supone un gran lastre para las personas que integran una Junta Directiva. En uno de esos momentos duros sentí la necesidad de echar una mano al club. Se me vinieron a la cabeza esos ‘chalaos’ que en mi infancia se dedicaban a lavarnos la ropa, a pintar el campo, a llevarnos a los pueblos,…Me tocaba ahora a mí seguir el camino que ellos escogieron, y que mucho antes habían escogido otros. Noté como me convertía en un eslabón más de esa cadena que nunca debiera romperse. Ahora soy el presidente del equipo de fútbol de mi pueblo.
El pasado jueves ocurrió algo en Valencina que nunca olvidaré jamás. Algunos militantes del partido político que gobierna en el Ayuntamiento, el PSIV, acudieron a hurtadillas a las instalaciones deportivas del Campo de Fútbol para llevar a los niños a un Pleno Municipal. Les engañaron diciéndoles que se iba a aprobar la construcción del Campo de Césped artificial, y que tenían que ‘presionar’ a los otros partidos políticos porque estaban en desacuerdo. Todavía me parece increíble. Los engañaron. Abusaron de su ilusión, de su inocencia, de su desparpajo para crear un ambiente hostil en el Ayuntamiento, dando voces y profiriendo insultos. Aleccionados por estos individuos del PSIV pensaban que en un lado estaban los buenos y en el otro los malos. Todo fue una tapadera. Todo fue una pesadilla. Los niños tienen que hacer deporte, los niños tienen que seguir soñando, ellos no son un pretexto, son una realidad, nuestro futuro.
Sr. Alcalde, Adolfo Balseiro, ¿fue usted alguna vez niño?
Antonio Miguel Marín Parra
Presidente del J.D. Valencina
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